30-04-11 | Por Osvaldo Aguirre / La Capital
Un crimen, una época, un modelo sindical
El día que mataron a Mariano Ferreyra le pidieron que hiciera un recuadro para acompañar una nota principal, en la revista Veintitrés. Diego Rojas lo buscó en Facebook y vio que era fanático de Doctor House y de las películas de Takeshi Kitano. Fue al entierro, habló con sus compañeros y comenzó a descubrir la historia de un militante de 23 años que era muy desordenado, cinéfilo, apasionado por la música y por la revolución. Escribió la columna y después en su blog.
Fue el 20 de octubre de 2010, y seis meses después Diego Rojas ya publicó un libro con la historia: ¿Quién mató a Mariano Ferreyra?. La industria editorial tiene un nombre para los libros que se escriben en caliente, sobre el desarrollo mismo de los hechos: son los instant books. Sin embargo, este libro no se deja poner en ese casillero. No sólo porque ofrece una investigación rigurosa, que reconstruye el crimen y la compleja trama de la que emergió, sino porque se inscribe en la gran tradición de la crónica, desde su título, que alude a un libro de Rodolfo Walsh no para hacer un guiño de complicidad al lector enterado sino para señalar la continuidad de prácticas sindicales que tienen muy poco que ver con la democracia y con la ley.
¿Quién mató a Mariano Ferreyra? incluye una entrevista con José Pedraza, el líder de la Unión Ferroviaria, detenido como instigador del crimen, y una minuciosa disección de los negocios que los dirigentes sindicales antes menemistas y ahora kirchneristas construyeron a costa del despido y la precarización de los trabajadores que dicen representar. Rojas plantea que el caso muestra un fenómeno todavía poco visible, pero característico de los últimos años: la tercerización de la represión, por la cual ya no es la policía la encargada de reprimir las manifestaciones opositoras sino las patotas sindicales integradas por barrabravas y delincuentes. La muerte de Ferreyra descubre además el lado oculto del "modelo de organización sindical" que la presidenta Cristina Kirchner elogió en noviembre de 2009, cuando acompañó a Pedraza en un acto realizado en la Unión Ferroviaria.
—Lo primero que llama la atención del libro es su inmediatez con respecto a los hechos, cuando la investigación judicial continúa. ¿Por qué decidiste publicarlo en este momento?
—El libro fue escrito a la par que los acontecimientos se desarrollaban. Cuando apresan a Pedraza con la editorial decidimos que era el momento de darle un corte. La propuesta de hacerlo con ese carácter se me ocurrió después de los hechos del Parque Indoamericano. El asesinato de Mariano Ferreyra me había perturbado mucho cuando sucedió; sin embargo entonces no pensé en el formato libro para una investigación. Pero la continuidad de la violencia, con los muertos de la comunidad qom en Formosa y los hechos del Parque Indoamericano me instaron a pensar. Esa noche no podía dormir, estaba sin saber qué hacer. Y en ese insomnio se me ocurrió que el oficio periodístico podía ayudarme y ayudar a comprender mejor. Entonces se me ocurrió el título.
—El libro combina el relato de los hechos con testimonios de familiares y compañeros de Mariano Ferreyra y con el análisis de los aspectos anudados en el caso. ¿Cómo apareció esa estructura?
—Surgió también durante esa noche y después tuvo una forma más concreta, mientras el libro se realizaba. La idea era reconstruir qué había pasado ese día, investigar las causas de esa violencia fatal y contar quién había sido Mariano Ferreyra. Cómo mostrar a Mariano, y la decisión de hacerlo a través del testimonio en primera persona de quienes lo conocieron fue una decisión posterior. ¿Por qué sería necesario que aparezca la voz del periodista?, pensé. La reconstrucción de los hechos, donde no se menciona específicamente a Mariano Ferreyra, fue realizada en base a distintos testimonios, incluso de gente que estaba del lado de la patota. Decidí darle un carácter más bien narrativo y a la vez un carácter colectivo a los protagonistas.
—La imagen de Mariano Ferreyra se desmarca en tu libro de los lugares comunes sobre la militancia política.
—La cuestión política subyace en todo el texto. Pero me interesaba mostrar la evolución hacia ese Mariano Ferreyra final. Los testimonios empiezan a través de sus familiares y van mostrando al Mariano hijo, el Mariano niño y después se le va adosando toda la faceta militante.
—Además de analizar lo que llamás tercerización de la represión y los episodios de violencia sindical, recordás otras muertes como las de Omar Carrasco, Maximiliano Kosteki y Darío Santillán, que provocaron cambios políticos, y decís que el crimen de Ferreyra puede marcar un hito, "en la medida en que la sociedad asuma la tarea de reconstruir las organizaciones sindicales". ¿No es utópico ese planteo, en el marco del presente?
—Hay dos cuestiones. La tercerización de la represión sigue siendo un hecho. En el libro se dice que la Uocra de Santa Cruz había tenido episodios de agresión hacia manifestantes en esa provincia y que había amenazado a los docentes si no comenzaban las clases. Eso se cumplió: hace unos días la Uocra de Santa Cruz cagó a palos a docentes para que el gobernador no se los cruzara en un acto. El gobernador kirchnerista no necesitó mandar a la policía: una patota sindical fue y cumplió con la misión de reprimir a los manifestantes. En tanto y en cuanto no se desmonte el aparato mafioso, esas cosas van a seguir pasando. ¿Es posible cambiar algo? Yo creo que sí. La oposición tiene hoy un rol muy grande en la Unión Ferroviaria, que está descabezada, y es probable que vaya a dirigir el sindicato. Sin embargo, el 14 de abril publiqué en el sitio Plazademayo.com la transcripción de una escucha, que está en la causa judicial, de una charla entre el ministro de Trabajo Carlos Tomada y José Pedraza, tres meses después del asesinato de Mariano Ferreyra. En esa charla Tomada le aconseja a Pedraza cómo contener a los trabajadores que van a entrar al ferrocarril por la lucha de los tercerizados. Tomada le dice: "hay que laburarlos políticamente, tenés que poner cuadros políticos para ganarlos, no todos son del PO y del PTS". Y después: "tenés que simular cursos de capacitación pero en realidad tenés que hacerles la cabeza". Pedraza está preocupado porque los tercerizados le discutan el poder y a Tomada, es decir al poder político, también le preocupa tener que discutir con otra persona que no sea Pedraza, aún cuando no quedan dudas del rol de la Unión Ferroviaria en el asesinato de Ferreyra. Es una necesidad que esto cambie.
—Pero la presidenta Cristina Kirchner se comprometió al esclarecimiento del crimen.
—Esa es la contradicción interna que rige a este gobierno: quisiera llevar adelante un discurso progresista pero necesita estar aliado con los sectores menos progresistas, lo que termina siendo un híbrido. El gobierno, a través de Aníbal Fernández, señaló a la CGT de Moyano como la columna vertebral del kirchnerismo. Necesita tener estos aliados del mismo modo que decidió aliarse con los barones del conurbano y con los caudillos provinciales. En esta contradicción subyace una posibilidad de parálisis. Moyano amenazó extorsivamente a la presidenta con que si se lo investigaba judicialmente podía parar el país y el gobierno no lo rechazó, no lo condenó. No sé cómo se puede llevar adelante un programa progresista con tales aliados.
—En la entrevista que aparece en el libro, Pedraza dice que la historia va a cambiar, que hay otra verdad. ¿Cómo entendés esas declaraciones?
—Me parecen declaraciones de un compadrito que aprendió a formarse en la impunidad. Al entrevistar a Pedraza yo me encontré con un hombre acostumbrado a la impunidad, que podía decir eso y también que encubrían el nombre del tirador porque los ferroviarios no son botones o decir que no va a pasar nada con la causa judicial. De hecho vivió en la impunidad: atravesó los 90 y los gobiernos kirchneristas sin haber recibido ninguna condena por haber sido el impulsor del desguace del ferrocarril. Su esposa sigue siendo la presidente ejecutiva de Belgrano Cargas. Por eso piensa que a él no le va a pasar nada.
INVESTIGACION
¿Quién mató a Mariano Ferreyra?
de Diego Rojas
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