Más de cien millones se utilizaron para remodelar un edificio emblemático para Eva Perón
SEPRIN.Si EVITA VIVIERA….Sobre calle 9 de julio de Capital Federal se ubica el edificio de Desarrollo Social. Hace 60 años, Evita anunció en este mismo sitio su renuncia. Esto marcó un hito en la historia política del país; el kirchnerismo decidió, por esta razón, promover la refacción del edificio y mandar a realizar murales que retrataran a la heroína del movimiento peronista. Detrás de la obra, se levantan serias sospechas.
Sobre calle 9 de julio de Capital Federal se ubica el edificio de Desarrollo Social. Hace 60 años, Evita anunció en este mismo sitio su renuncia. Esto marcó un hito en la historia política del país; el kirchnerismo decidió, por esta razón, promover la refacción del edificio y mandar a realizar murales que retrataran a la heroína del movimiento peronista.
Las imágenes de Eva fueron inauguradas por Cristina Fernández de
Kirchner en agosto del año pasado, por su parte el arreglo edilicio aún
sigue en proceso.
Detrás de toda esta situación, se esconden cifras y contratos de
licitación muy confusos. En la edición de La Nación de hoy se publica un
extenso informe de investigación en el que se revelan algunas de las
des-prolijidades del proyecto en torno al arreglo del edificio de
Desarrollo Social. Aquí un extracto de los ítems principales del
artículo.
La realización de los murales fue orden explícita de la presidenta:
Cristina Fernández de Kirchner encomendó especialmente la realización
de los murales al artista Alejandro Marmo tras declarar Mujer del
Bicentenario a Eva Perón.
En la misma línea ordenó la restauración completa del establecimiento
donde funciona el Ministerio de Desarrollo Social, esto incluyó el
montaje de las imágenes y, en la última Asamblea Legislativa, destacó
los resultados de la iniciativa.
Las sospechas detrás de esta iniciativa
Detrás de la emblemática apuesta arquitectónica se extiende un manto
de sospechas. La remodelación demandó más de $110 millones de fondos
públicos, que se licitaron con diversas irregularidades. A través de
documentos oficiales y entrevistas a profesionales involucrados en el
proyecto, La Nación reconstruyó el inusual proceso que se concibió en
los pasillos del Ministerio de Planificación. El resultado: la obra
contaba con un presupuesto inicial de $74 millones, pero se pagó $36
millones más.
La DNA (Dirección Nacional de Arquitectura) en la mira:
La realización del proyecto “estuvo a cargo de la Dirección Nacional
de Arquitectura (DNA) dirigida por el arquitecto Marcelo Cufré, un
pingüino de extrema confianza de Julio De Vido – actual Ministro de
planificación federal, inversión pública y servicios-.
La licitación incluía la refacción de fachadas, la modificación de
aberturas, la instalación de aires acondicionados y la colocación de los
murales de hierro, previamente confeccionados”.
Lo curioso del llamado a licitación
El día 9 de marzo de 2010 se realizó el primer llamado a licitación
pública. Fueron tres las empresas que se presentaron, pero,
supuestamente, en tanto ninguna ofertó una cifra menor a los 74 millones
del presupuesto estatal, el Secretario de Obras Públicas, José López
decidió anular el concurso.
El funcionario consideró que “se debería realizar una revisión
general de la documentación técnica, con el objeto de lograr una
reducción racional en los costos de la obra”. En la resolución oficial,
López agregó: “Y obtener, en un nuevo llamado, ofertas que resulten
convenientes de modo razonable”.
La nueva licitación en lugar de propiciar reducción de costos, superó en 36 millones lo que se tenía estipulado
Lo extraño de todo esto es que la nueva licitación no alcanzó una
reducción nacional tal como se requería desde el Estado; por el
contrario, aumentó en unos 36 millones de pesos. La obra se acrecentó en
110 millones. Bajo esta cifra fue la empresa Teximco SA quien se quedó
con el proyecto.
Las dudas que se despiertan
¿Cómo la obra aumentó un 49% en unas semanas? ¿Por qué si la
intención oficial era “reducir costos” se destinaron $36 millones más de
fondos públicos? ¿Qué pasó con ese dinero?
Guillermo Frontera, arquitecto supervisor de la DNA para la obra,
sostuvo que anulación del primer concurso obedeció a ofertas “excesivas”
con respecto al presupuesto inicial de $74 millones. Consultado
entonces por el curioso aumento de $36 millones, el funcionario adujo la
inclusión de “nuevas tareas” y se negó a dar más precisiones.
Según consta en el expediente oficial, las “nuevas tareas” agregadas
implicaban montos que no alcanzaban los $ 2 millones. Lo llamativo es
que las diferencias más importantes se registran en trabajos
contemplados desde un comienzo, pero que aumentaron significativamente
sus cotizaciones en la última licitación.
Fuente: La Nación.
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