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domingo, 17 de febrero de 2013

HACE 14 MESES,CADA INICIATIVA POLÍTICA DE CRISTINA FERNANDEZ,GENERAN DAÑOS ENORMES...SU IMAGEN EN PICADA


AÑO ELECTORAL 2013

14 meses malos de Cristina: Hizo todo por mantener la iniciativa... sin éxito

Desde diciembre de 2011, cuando inició su 2do. mandato electoral consecutivo, la Presidente de la Nación lo ha intentado todo por mantener la iniciativa política, pero ha sido en vano. Su imagen decayó notablemente durante 2012, con excepción del mes de diciembre, y no hay indicios de nueva recuperación en 2013. En lo que va del año, ensayó la instalación de varios temas pero no consigue prosperar en su intento.

"Desde hace 14 meses, cada iniciativa política de Cristina Fernández se extingue en cuestión de horas. Otras, generan un daño enorme que se acumula en el tiempo. El acuerdo con Irán es del segundo tipo. Día a día, semana a semana, cuanto más se avance en lo negociado, la Casa Rosada quedará más expuesta al error cometido. Pero las primeras decisiones tomadas para tapar el tema, han sido un boomerang para el Gobierno."

por CLAUDIO M. CHIARUTTINI
 
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Sin Saco y Sin Corbata). Pocas veces en la historia de la relaciones exteriores argentina, un gobierno cometió un error tan grave como el acuerdo que la Casa Rosada firmo con Irán. Quizás la Guerra de Malvinas, la cesión de una parte importante de territorio argentino hoy en manos de Bolivia (la zona gasífera y sojera de Tarija) o la pérdida de la Banda Oriental y el Alto Perú puedan tener igual dimensión de gravedad.
 
Sin embargo, en este Siglo XXI, donde el kirchnerismo y el cristinismo talibán han manejado las relaciones exteriores argentinas en 11 de los 13 años de vida de la centuria, puede afirmarse queno hay un solo éxito diplomático que pueda poner orgullosa a la Cancillería argentina.
 
El Gobierno confirmó que tiene los votos suficientes para ingresar el proyecto de aprobación del tratado con Irán por el Senado. Más difícil será su tránsito por Diputados. Sin embargo, el peso de la bancada oficialista se impondrá y, salvo una revuelta imprevista, el error más grande de la diplomacia argentina en 40 años será aprobado entre sonrisas por legisladores que levantan la mano cada vez que lo ordena la Casa Rosada.
 
La fuerza de los votos confirma la legitimidad de la decisión legal, pero no le da la razón a un gobierno que ha quedado aislado en la discusión del tratado con Irán. Insólitamente, la comunidad judía se ha unido como hace 20 años no lo estaba. No hay un solo partido, fuera del Frente para la Victoria, que apoye la propuesta. Todos los cancilleres que dio la democracia criticaron el pacto y especialistas en diplomacia locales e internacionales siguen preguntándose cuál es el rédito que Cristina Fernández esperaba obtener del documento negociado y firmado en las sombras.
 
Gracias a la Cancillería iraní sabemos que las conversaciones entre ambos países comenzaron hace más de dos años, es decir, apenas fallecido el ex Presidente de la Nación, Néstor Kirchner. Este no es un dato menor. ¿Por qué el santacruceño se negó a negociar o nunca supo del interés iraní? Entonces, ¿sorprendió Irán con su propuesta a una Cristina Fernández que atravesaba su duelo, sensibilizada y dolida?
 
Pese a los esfuerzos que puso Héctor Timerman en el Senado por negar cualquier intervención de Venezuela en la negociación o de que hubiera cláusulas secretas en donde el petróleo o el gas estén incluidas, lo cierto es que las relaciones comerciales con Irán han estado creciendo en forma exponencial los últimos cinco años, una excelente noticia para un Gobierno que necesita desesperadamente dólares.
 
Las argumentaciones oficiales fueron repetidas, los gritos cuasi desesperados del senador Aníbal Fernández iban dirigidos a sus propios compañeros de bancada más que a los senadores opositores o los medios presentes. Era necesario dotar de sentido un acuerdo con el único país del mundo que niega oficialmente el Holocausto y tiene como meta la destrucción total y completa de otro país del planeta.
 
Héctor Timerman trató de mostrar su “asco” por sentarse a negociar con diplomáticos iraníes. Sin embargo, hasta su presencia en el Senado, siempre se mostró orgulloso de las charlas y llegó a hacer comentarios triunfales, en la máxima reserva, alegando que se le había “doblado el brazo” a la poderosa Cancillería Iraní. Una frase ridícula.
 
Pero mientras ésto aseguraba el ministro de Relaciones Exteriores, fuentes diplomáticas locales explicaban que Héctor Timerman habría recomendado, en el máximo secreto, a Cristina Fernández que no había que avanzar en un acuerdo con Irán y que la Presidente de la Nación lo impulsaba a acelerar los tiempos. “Salvar la ropa”, se llama a esta pobre estrategia.
 
Cristina Fernández ha hecho de los derechos humanos eje de sus políticas y del marketing político. Es la coraza que la protege contra las incesantes denuncias de corrupción entre sus funcionarios. Además, el tema es un gran nexo con los votantes jóvenes que, en su paso por la primaria y la secundaria, han sido educados en el respeto por una cierta forma de ver los derechos humanos, muy cercana a las organizaciones que apoyan a la Presidente de la Nación y que la Casa Rosada ampara y financia.
 
Luis Gasulla ha demostrado en su libro, “El negocio de los Derechos Humanos”, la íntima relación que hay entre las organizaciones amigas del Gobierno y los fondos públicos. Pero como marketing político, el tema ha servido para mantener la imagen de “progresismo” a una larga lista de funcionarios que tienen el comportamiento y la ratio de un “cerdo” capitalista, de un menemismo de paladar negro.
 
La hipocresía del “ladriprogresismo” ha quedado develada en los 11 años de gobierno kirchnerista y cristinista talibán. Ya ningún progre podrá decir que los políticos nacionalistas, de derecha, de centro derecha o liberales son los únicos corruptos de la Argentina. La corrupción, y su asociación con las organizaciones de derechos humanos, ha manchado, mancillado, evaporado, el prestigio y trabajo que realizaron estas instituciones en los años más duros de la Dictadura cívico-militar.
 
Desde hace 14 meses, cada iniciativa política de Cristina Fernández se extingue en cuestión de horas. Otras, generan un daño enorme que se acumula en el tiempo. El acuerdo con Irán es del segundo tipo. Día a día, semana a semana, cuanto más se avance en lo negociado, la Casa Rosada quedará más expuesta al error cometido. Pero las primeras decisiones tomadas para tapar el tema, han sido un boomerang para el Gobierno.
 
El miércoles, una vez que Héctor Timerman había terminado de hablar en el Senado, Cristina Fernández fue a Chubut a lanzar la primera inversión en yacimientos no convencionales sobre el Océano Atlántico. Nadie tuvo en cuenta su discurso, que pasó inadvertido. Por eso, 24 horas, con 16 tuits lanzados en 15 minutos, la Presidente de la Nación trató de poner el tema de nuevo en la tapa de los diarios. Un nuevo fracaso.
Para que el 'caso Irán' no se mantenga en los diarios el fin de semana, se anunció el dictado de prisión y la prisión de los hermanos Shocklender por administración fraudulenta. Pero en la causa, relacionada con la empresa Sueños Compartidos, de la Fundación Asociación Madres de Plaza de Mayo, se liberó de responsabilidad a la hija de la Presidente de la entidad, al tiempo que Hebe de Bonafini ni siquiera fue citada a declarar.
 
De esta forma, una causa que tiene más de 200 expedientes y que requirió de un fallo de más de 200 fojas, termina por ser una liberación de responsabilidades de Hebe de Bonafini y su hija Alejandra, con lo cual, separan a una aliada del Gobierno de dos ex miembros de la Asociación Madres de Plaza de Mayo que manejaron cientos de millones de pesos púbicos y las relaciones directas con los ministros del Gobierno. Un papelón judicial.
 
No se puede decir que en la 'causa Sueños compartidos' cayeron dos “perejiles”, tal como se dice en la jerga carcelaria; pero haber dejado fuera de toda investigación a la presidente de las Madres de Plaza de Mayo y su hija Alejandra confirma que lo poco de honestidad que podría mostrar por marketing político el Gobierno quedó sepultado en el juzgado de Norberto Oyarbide.
 
De los 730 jueces nacionales y federales, los gobiernos de Cristina Fernández y Néstor Kirchner han designado a 400 de ellos, más de la mitad. A su vez, un relevamiento que se realizó de las listas del Consejo de la Magistratura confirma que 61 magistrados dejaron sus cargos y/o ocuparán puestos que todavía no fueron puestos en funcionamiento. Por otro lado, la Presidente de la Nación aún tiene más de 50 vacantes por cubrir, 34 de ellas desde hace más de 2 años. ¿Si esto no es Justicia adicta, que lo es?
 
Pese a este diseño “a mano” del Poder Judicial, el cristinismo talibán asegura que debedemocratizarse la Justicia y solicita ideas que son analizadas por el Presidente de la Cámara de Diputados, el ex ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca y potencial candidato a gobernador de Buenos Aires, Julián Domínguez.
 
De esta forma, Cristina Fernández tiene poder de presión, capacidad de rediseño y posibilidad de selección del Poder Judicial como nunca en la historia argentina. Pese a que sus funcionarios son liberados de las causas en que se encuentran envueltos con facilidad, la Casa Rosada sigue amenazando con maniatar a los jueces. ¿Existe un límite a las exigencias y necesidades de la Casa Rosada? No, la exculpación de la hija de Hebe de Bonafini y que no se haya “molestado” en la causa a la Presidente de Madres de Plaza de Mayo confirman la amplia capacidad de maniobra presidencial.
 
Así, en cuestión de horas, quedó al desnudo la carencia de una política de relaciones exteriores y el poder de manipulación sobre el Poder Judicial que tiene Cristina Fernández. Ambas“cualidades” terminan por dañar la imagen de la Presidente de la Nación que, hasta hace 10 días, había visto estabilizada su imagen positiva en las encuestas de opinión. Pero el acuerdo con Irán rompió la luna de miel con los votantes.
 
Sin duda, en una semana, cuando el impacto del escándalo de la causa “Sueños compartidos” sea más conocida por la gente y cuando el acuerdo con Irán haya tenido la aprobación del Senado, las encuestas volverán a mostrar una caída de la imagen de la Presidente de la Nación. Eso es lo que se llama triunfos pírricos, como lo fueron el regreso de la Fragata Libertad, el intento de malvinizar las relaciones exteriores y la confiscación de las acciones de Respol en YPF, todas medidas tomadas el año pasado y que se convirtieron en hechos que dañaron la imagen presidencial.
 
La necesidad imperiosa que tiene Cristina Fernández de alimentar el relato e inundar de épica su gestión la lleva a cometer estos terribles errores políticos. Lo mejor que podría pasarle a Presidente de la Nación es que el Congreso no aprobara el acuerdo con Irán, el costo político seria menor que aprobarlo y ponerlo en funcionamiento.
 
La Casa Rosada logró “salvar” a Hebe de Bonafini y su hija del escándalo del caso “Sueños Compartidos”. Sin embargo, el daño ya ha sido hecho, la causa de los derechos humanos está impactada por debajo de su línea de flotación y el negocio alrededor de los terribles casos de desaparición de la década del '70 ha quedado al descubierto. De eso, no se vuelve, por más que se confíe en el marketing político y la victimización.
 
Cristina Fernández encara un difícil año electoral pese a la debilidad que muestran las oposiciones para alcanzar acuerdos. Errores como el acuerdo con Irán y el encarcelamiento de los hermanos Shocklender no se pueden repetir si la Presidente de la Nación pretende sacar 30 puntos de diferencia con la segunda fuerza más votada en Octubre próximo. 
 
Sin embargo, el ADN cristinista, el habitus talibán la llevará a volver a repetir esos errores una y otra vez. Está en su esencia, en su estructura primaria de poder y acción política. Casi, casi, como el escorpión, que no puede escapar a su naturaleza, pese a que lo lleve a la autodestrucción.

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